GRANDES CONJUNTOS MOBILIARES
TEMA 4. EL IMAGINARIO Y LOS GRANDES CONJUNTOS MOBILIARES PALEOLÍTICOS
En el arte mobiliar y en el arte rupestre se tratan tres temas fundamentalmente: las figuras animales, las figuras humanas y signos. A veces, existen diversas asociaciones entre figuras de los distintos grupos, a medio camino entre la representación naturalista y el signo, entre lo animal y lo humano, etc… No se podrá conocer con exactitud el significado de los signos; tal vez fueron formas meramente decorativas o tal vez tenían alguna utilidad… Pese a todo, los signos son las representaciones más numerosas. Aunque existen importantes diferencias geográficas, también se observa cierta homogeneidad en cada una de las grandes unidades geográficas, tanto en estilos como en temas.
1. Las representaciones animales
Existen numerosas representaciones de animales, sin embargo, las especies figuradas son muy pocas, apenas sobrepasa la docena. Los animales representados se corresponden con los que tenían un mayor interés económico, siendo parte de la dieta como ciervos, renos, caballos, bisontes y cabras, entre los más frecuentes y jabalíes, uros, peces, aves, mamuts y rinocerontes, entre los menos comunes. Las especies representadas varían según las áreas geográficas y según los distintos periodos del Paleolítico Superior.
Henri Delporte (1920 – 2002) clasificó la representaciones de animales según cinco grandes grupos, similares a los que establece para las representaciones humanas. Estos cinco grupos son: Cántabro-Aquitano, mediterráneo, renano-danubiano, ruso-ucraniano y siberiano.
a) Grupo Cántabro-Aquitano: El grupo cántabro-aquitano comprende toda la cornisa cantábrica hasta el centro de Asturias y la parte central y suroccidental de Francia.
La cornisa cantábrica y los Pirineos son una zona kárstica, con cuevas y relieves abruptos con cuencas fluviales muy marcadas. Gracias a esto, esta zona ofrece una gran cantidad de restos artísticos, tanto rupestres como mobiliares.
Existe una gran unidad de estilo en el grupo cántabro-aquitano, especialmente durante el Magdaleniense medio donde algunas piezas son de gran similitud en todo su ámbito.
Sin embargo existen algunas pequeñas diferencias entre los animales más representados y el tipo de representación dentro del grupo. En la cornisa cantábrica los animales más representados son las ciervas, los caballos y los cápridos, con muy pocos bisontes, y mostrando una tendencia mayor a la representación esquemática o simplificada de los animales. En la zona francesa, sin embargo, los animales más representados son los caballos, el reno y el bisonte, y con una representación más naturalista.
En el arte mueble, la zona francesa cuenta con excelentes representaciones animales exentas, mientras que en la zona cántabra las esculturas de bulto redondo son más escasas, con excepcionales ejemplos como una cabeza de cabra en Tito Bustillo y las aves del Buxu y La Viña.
b) Grupo mediterráneo: Este grupo abarca la franja mediterránea de la Península Ibérica, el bajo Ródano y el Languedoc francés, Italia y los Balcanes. Son regiones calcáreas, presentando menos cuevas que la región cántabro-aquitana, y con grandes llanuras aluviales.
No existe una homogeneidad tan acusada como en el grupo cántabro-aquitano, aunque sí existe una mayor tendencia a la simplificación y esquematización de las representaciones animales y un catálogo de especies representadas más reducido, restringiéndose a ciervas y ciervos, bóvidos, cápridos y algún pisciforme. La zona de mayor importancia, por los objetos de arte mueble que se han encontrado, se localiza en el Levante español, con importantes yacimientos como la Cueva de Parpalló (Valencia) o Sant Gregori de Falset (Cataluña).
– Cueva del Parpalló (Gandía, Valencia). Esta cueva ha proporcionado una colección excepcional de más de cinco mil plaquetas de piedra grabadas y pintadas que muestran la evolución de las técnicas y de los temas propios de estas sociedades del Paleolítico Superior entre 25.000 y 10.000 BP. Muchas de estas plaquetas presentan temas zoomorfos con ciervas, caballos y cápridos entre los animales más representados.
En el interior de la Península Ibérica, entre el grupo mediterráneo y el grupo cántabro-aquitano, se han encontrado algunos objetos mobiliares con representaciones de animales, como caballos y cabras. Las piezas más singulares del interior peninsular son la Placa grabada de Villalba (Soria) y el Glotón de marfil en el yacimiento Jarama II (Guadalajara).
– Placa grabada de Villalba: fue hallada por Lorenzo Casado en el lugar denominado Barranco Hondo, en donde también se recogieron restos de industria lítica. Se trata de una de las escasas muestras de arte mueble paleolítico conocidas en la Meseta. El soporte es una pizarra paleozoica negra que mide 36,5 cm. de largo, 7,6 cm. de ancho y 1,2 cm. de grosor. Se encuentra rota por uno de los extremos, presentando además un lascado que afecta a parte de una de las caras.
Está grabada por las dos caras con 13 animales en cada una de ellas, todos équidos y cápridos, ofreciendo una ordenación y disposición pensada. En algunas siluetas se advierten rasgos de esbozos y encuadres previos al grabado definitivo, destacándose los caballos y los machos cabríos en una u otra cara respectivamente. La concepción gráfica y distribución del espacio en esta placa guarda notable relación con el arte mobiliar de la región cantábrica, pero existen también aspectos que permiten conectarla con la región mediterránea.
Estilísticamente los grabados podrían corresponder al periodo Solutrense o inicios del Magdaleniense, hace unos 15.000 años, coincidiendo con un momento menos frío de la última glaciación de Würm.
– Glotón de Jarama II: Esta esculturilla de bulto redondo presenta un pequeño carnívoro en actitud estática que ha sido interpretada como un posible glotón, especie documentada en la cercana cueva de los Casares (Guadalajara). Aunque carece de contexto estratigráfico, el registro arqueológico de las excavaciones efectuadas en esta cavidad permiten adscribirla al Magdaleniense Inferior. La pieza de marfil presenta pulimentado, abrasión, incisión y perforación.
La importancia de esta pieza radica en ser la única de estas características estilísticas y cronológicas conocida en la Meseta y uno de los escasos hallazgos de bulto redondo documentado en el arte mueble paleolítico de la Península Ibérica.
c) Grupo renano-danubiano: Comprende la parte de Europa Central, en los valles del Rin y el Danubio. Estas regiones comprenden grandes llanuras loessicas sin apenas cuevas, y por lo tanto, sin arte rupestre. En comparación con los grupos cántabro-aquitano y mediterráneo, aparece una mayor representación de fauna fría, como mamuts, renos, osos, lobos, etc… De este grupo destacan los yacimientos de Gönnersdorf, Petersfeld, Vogelherd en Alemania y Dolní Vêstonice, Predmosti y Pavlov en Chequia.
. Gönnersdorf: A pesar de que el grupo renano-danubiano se caracteriza por el predominio de la escultura sobre el grabado, este yacimiento alemán es una excepción. En Gönnersdorf se han hallado numerosas plaquetas grabadas con representaciones de animales y figuras femeninas. Dentro de las representaciones animales destacan mamuts, renos, caballos, rinocerontes, bóvidos y peces.
. Vogelherd: En 1931, debido a unas excavaciones realizadas por Gustav Riek (1900 – 1976), se encontraron en la cueva de Vogelherd diversas figuras de animales, como varios felinos, un caballo, un bisonte y un mamut (algunas más realistas y otras más abstractas). La figura del mamut es una de las piezas más importantes, siendo una de las primeras manifestaciones artísticas del ser humano (25.000 – 20.000 BP). La estatuilla de marfil presenta formas naturalistas, con predominio de las lineas curvas, con un gran detallismo sobre todo en los ojos y en las orejas, apreciándose una fuerte depresión entre la cabeza y la giba dorsal. En el cuerpo presenta diversos signos decorativos a base de equis y líneas cortas.
Junto a la figura del mamut y del mismo periodo, del Auriñaciense, se halló una figura que representa un caballo (4.8 cm de largo, 2.5 cm de alto y 0.7 cm de ancho). Esta esculturilla está excepcionalmente tallada, con una gran expresividad. Debido a su curvado cuello, se cree que se trata de la representación de un caballo salvaje con una postura agresiva. El lascado de las capas externas del marfil han reducido la anchura que tenía originalmente, mientras que las piernas no se han conservado. Existen ciertos símbolos grabados, como marcas de cruces y signos angulares en la parte trasera del cuello, en la espalda y en el pecho izquierdo.
d) Grupo ruso-ucraniano: Comprende las grandes terrazas loessicas de los ríos Dniester, Don, Dnieper, Volga, etc… Esta región estuvo poblada con una gran cantidad de mamuts, a juzgar por los numerosos restos de estos animales que se han encontrado en los asentamientos. Los pueblos cazadores-recolectores de esta zona utilizaron los huesos de mamuts profusamente: como elementos de construcción de cabañas, para la realización de esculturas, etc… Las principales representaciones animales en el arte mueble del grupo ruso-ucraniano son los mamuts, junto con los osos, lobos, león de las cavernas y aves.
En el yacimiento de Mezine (Ucrania), se han encontrado numerosas esculturas de ave sobre hueso de mamut de un carácter muy estilizado que ha hecho que también se interpretasen algunas piezas como figuras femeninas esquematizadas.
e) Grupo siberiano: Abarca un extenso territorio comprendido entre los Urales hasta el Pacífico. Aún no se ha estudiado en profundidad, aunque cabe destacarse el yacimiento de Malta en el noreste de Irkutsk. En este yacimiento se han hallado figuras de aves realizadas en marfil.
2. Las representaciones humanas
La representación de la figura humana no son muy abundantes, dividiéndose en masculinas, femeninas y antropomorfos (humanos bestializados con rasgos animales). Generalmente, las figuras masculinas y aparecen desnudas, con mención explícita del sexo. En ocasiones, la representación se reduce a los órganos sexuales, donde la parte representa al todo. Los rasgos faciales están muy esquematizados o son inexistentes. Las esculturas femeninas, denominadas venus, tienen un carácter vertical y estático, mientras que los grabados no participan de esa simetría, siendo más dinámicos.
a) Grupo cántabro-aquitano: Mientras que en las representaciones de animales existía más homogeneidad dentro del grupo, en la representación humana existe una clara desigualdad. En la zona francesa se documenta un amplio repertorio de figuras masculinas y femeninas, mientras que en la zona cantábrica apenas existen este tipo de representación.
En la cueva de Las Caldas se ha hallado un bajorrelieve con una figura humana animalizada tallada sobre el asta de un posible propulsor. Perteneciente al Magdaleniense, esta representación carece de paralelos debido a su carácter zoomorfo: el tronco, hombros y sexo son humanos, pero las extremidades inferiores son pezuñas de artiodáctilo y la cabeza triangular con cuernos es de cáprido. La forma cilíndrica y alargada del soporte determina el encuadre axial de la figura, limitando sensiblemente el diámetro transversal máximo. Al tratarse de una escultura sobre cilindro, ese diámetro coincide con el círculo pélvico-abdominal, por lo que el artista centra su trabajo en armonizar dicho diámetro con las dimensiones del busto, cabeza y extremidades, explotando al máximo las características y posibilidades del soporte.
El repertorio francés es mucho más rico y variado, contando con algunas piezas excepcionales. Las figuras masculinas son escasas y deliberadamente toscas y simples, cuya cronología segura se adscriben al Magdaleniense. Se identifican como tales por una explícita representación del órgano sexual (representaciones itifálicas) o por la barba. En ocasiones aparecen bestializadas como híbridos de humano y animal.
Las figuras femeninas, sin embargo, son mucho más abundantes, denominándose «venus». Responden a un modelo bien establecido y generalizado durante el Gravetiense europeo, que consiste en figuras de pequeño tamaño y un diseño de rígida y simétrica concepción vertical. Aparecen desnudas y presentan un volumen romboidal, con caderas y glúteos exagerados (definidos como esteatopígicos), y destacando pechos, triángulo púbico y un abultado vientre de mujer embarazada. El rostro es inexistente (a excepción de la Venus de Brassempuy) y las piernas inacabadas.
– Venus de Brassempuy: Tallada en marfil de mamut, es una de las más antiguas representaciones detalladas de rostro humano. Mide 3,65 cm de altura, 2,2 cm de ancho y 1,9 de grosor. Las proporciones anatómicas del cráneo no son realistas: el rostro tiene forma de triángulo invertido muy equilibrado. La nariz y las cejas están perfectamente representadas, pero no tiene boca. En la cabeza, el pelo está representado de un modo poco convencional, por medio de trazos en redecilla, por lo que algunos piensan que se trata de una capucha, de un tipo concreto de peinado o, simplemente, la representación esquemática de la cabellera.
La Venus de Brassempuy data entre 26.000 y 24.000 BP, del periodo cultural Gravetiense, y por tanto contemporánea a otras tantas venus prehistóricas como las de Laussel, Lespugue, Willendorf o Dolní Vêstonice.
– Venus de Lespugue: Tallada sobre un colmillo de marfil, fue descubierta en 1922. Aunque la figurilla resultó dañada durante la excavación, fue descubierta en un contexto arqueológico preciso. Se trata de una figura de dimensiones muy reducidas, midiendo tan sólo 1,5 cm. de alto. Las formas esteatopigias son extremadamente exageradas. Según la experta en textiles Elizabeth Wayland Barber, la Venus de Lespugue muestra la primera representación encontrada de tejido puesto que la talla presenta una falda que cuelga por debajo de las caderas.
– Venus de Laussel o del Cuerno: Descubierta en 1909, no es posible una datación muy exacta debido a que las excavaciones de esa época no eran muy cuidadosas con la estratigrafía. No obstante, se estima que la Venus de Laussel es de finales del Gravetiense y la transición al Solutrense. Se trata de un relieve rehundido realizado sobre una pieza caliza que representa el cuerpo entero de una mujer desnuda. Destaca la ausencia de rasgos en el rostro a la vez que se acentúan de manera extraordinaria las caderas, los senos, así como los órganos sexuales. Gira la cabeza hacia el lado derecho mientras que con dicho brazo levanta un cuerno a la vez que con el izquierdo parece hacer el gesto de cubrirse el pubis en una muestra de pudor.
b) Grupo mediterráneo: En todo este ámbito no existe un desarrollo tan extenso como en la zona aquitana. En la Península Ibérica apenas existen ejemplos de representación humana, siendo ejemplos aislados y excepcionales. Algunas plaquetas de Parpalló sugieren representaciones esquemáticas femeninas, pero su rareza los convierte en un tema marginal.
En el norte de Italia, en las cuevas de Grimaldi se ha hallado un grupo de figuras femeninas talladas en esteatita: La Polichinela de Grimaldi, la Venus de Menton, La Venus de Losange.
c) Grupo renano-danubiano: Su posición intermedia entre la Europa occidental y la oriental, hace que aparezcan conjuntos muy variados que participa de los diferentes estilos.
Durante el Gravetiense, aparecen estatuillas femeninas como la venus de Willendorf (Austria) o la venus de Dolní Vêstonice (Chequia).
– Venus de Willendorf : Esta Venus, de unos 11,1 cm de alto, 5,7 cm de ancho y 4,5 cm de espesor, fue tallada en piedra caliza oolítica y tintada con ocre rojo. La figura presenta formas muy voluminosas (abdomen, vulva, nalgas y mamas), con unos brazos muy delgados, casi imperceptibles, que se doblan sobre los senos. No presenta rostro, estando su cabeza cubierta de lo que pueden ser trenzas, un tipo de peinado o una capucha.
– Venus de Dolní Vêstonice : De época Gravetiense, esta venus de 11,1 cm de alto y 4,3 cm de anchura, supone la evidencia más antigua de cerámica. Aparece representada sin rostro, excepto dos incisiones que podrían ser la representación esquemática de los ojos. Aunque los brazos apenas están esbozados, los grandes senos, el ombligo y la línea inguinal han sido señalados con todo detalle.
Los últimos estudios han localizado una huella digital marcada en la arcilla, antes de la cocción que, al parecer, perteneció a un niño de entre siete y quince años.
En este mismo yacimiento de Dolní Vêstonice también se ha encontrado un rostro de marfil de cara distorsionada, depositada en el enterramiento de una mujer cuya cabaña estaba aislada del asentamiento y mostraba una alteración similar en el rostro. Se ha interpretado como el primer retrato conocido, tal vez perteneciente a una sacerdotisa.
En época Magdaleniense, aparecen un tipo de imágenes femeninas más esquemáticas vistas de perfil, tanto grabadas en plaquetas como en pequeñas esculturas de marfil, asta o piedra. Destacan especialmente las plaquetas del yacimiento alemán Gönnersdorf.
Algunas de las figuras femeninas aparecen representadas con el cuerpo rayado, que se ha interpretado como una representación del vestido.
Del grupo renano-danubiano, la representación masculina es muy escasa. Destacan los antropomorfos híbridos de las cuevas de Geissenklösterle y de Hohlenstein-stadel (Alemania), del periodo Auriñaciense.
d) Grupo ruso-ucraniano: En este grupo se han encontrado algunas figuras femeninas que se ajustan al patrón común, como los poblados de Kostienki y Gagarino.
El yacimiento de Mezine (Ucrania) ofreció numerosas figuras femeninas muy esquemáticas, con abundante decoración geométrica.
e) Grupo siberiano: Pese a la amplitud geográfica que abarca este grupo (llegando a los cinco mil kilómetros de distancia), permanecen algunas regularidades.
Destacan las figuras femeninas del yacimiento de Malta (Irkutsk), de carácter estilizado y que recogen sus brazos sobre un vientre liso. Estas figuras, además, presentan más detalles anatómicos que las representaciones de otros grupos, como el rostro y la vestimenta.
3. Los signos
Los motivos lineales, geométricos en general, son calificados como signos, ideomorfos o abstracciones. Estas representaciones son constantes en el arte mobiliar, apareciendo prácticamente en todos los diseños.
Los signos suelen surgir asociados a los animales, pero también pueden aparecer en solitario o en combinaciones muy complejas sobre un único soporte. Su función principal es servir de comunicación, ya sea como la esquematización de un objeto figurativo, o bien una abstracción, es decir, la representación de un concepto.
Como la esquematización de un objeto figurativo, los signos se han definido en numerosos grupos:
- Ramiformes: en forma de rama
- Tectiformes: recuerdan el techo de una cabaña
- Escutiformes: forma de escudo
- Serpentiformes: forma de serpientes
- Escaleriformes: forma de escalera…..
Otros muchos signos no parecen la representación esquemática de algún objeto figurativo, sino que tienen un mayor grado de abstracción. Han existido numerosos intentos de sistematización de los signos y su significado. A comienzos de la investigación prehistórica, se trató de hacer una clasificación cronológica de los signos, pero pronto se comprobó que muchos signos (en especial los más simples) permanecen a lo largo de todas las épocas del Paleolítico Superior.
– Henri Breuil: realizó varias clasificaciones según la técnica con que fueron realizados, los modelos de inspiración, etc.
– Ignacio Barandiarán: los clasificó en diez grupos, según su morfología y descomponiendo las formas más complejas en motivos simples.
– Soledad Corchón: partió de una división dual de los mismos en signos rectilíneos o curvos, con numerosas divisiones en cada grupo.
– André Leroi-Gourhan: los organizó en signos abiertos y cerrados (masculinos / femeninos).
En 1990, Georges Sauvet realizó otra clasificación, articulando los signos en sistemas, cuyo significado implicaría conocer sus códigos. Para iniciar el argumento distingue los temas básicos: formas elementales abiertas (puntos, líneas, rectas y curvas) y formas planas o cerradas (formas triangulares, cuadrangulares y circulares).
La combinación de estas formas elementales abiertas con las formas cerradas van originando signos más evolucionados con grafías muy elaboradas. Las composiciones de signos presentan ciertos ritmos cuando se repiten los motivos. Así pues, las formas abiertas pueden rellenar un espacio por duplicación (pares de similares elementos), alineamiento (repetición sucesiva de un elemento), concatenación (series unidas de ese elemento), o por alternancia (fila alternándose distintos elementos). Las formas cerradas pueden combinarse por embutido (inscribir la misma figura una dentro de la otra), concadenación (series unidas de ese elemento, a veces por medio de una forma elemental) y adosado (yuxtaposición de la misma figura).
La complejidad de los signos también está asociada al tipo de soporte sobre el que se realizan. Así pues, aquellos de uso más precario, como azagayas y arpones, reciben decoraciones más sencillas.
4. Asociaciones y escenas
El arte paleolítico no es un arte esencialmente narrativo, por lo que en general, las diferentes figuras no constituyen escenas. Sin embargo, en ocasiones existen asociaciones de figuras y de figuras y signos que aparecen representadas en un mismo campo decorativo en las que no es fácil discernir si es una yuxtaposición independiente de motivos o si configuran una escena.
En el arte mobiliar, es frecuente la asociación de signos con representaciones de animales. Los signos que aparecen asociados a los hocicos se interpretan como la asociación del aliento, vómitos de sangre, la lengua, etc. Otros que aparecen en su cuerpo pueden representar heridas o armas clavadas.
Henri Delporte ha establecido diferentes tipos de asociación, como aleatorias y superposiciones, cuando en una misma pieza se localizan figuras que no presentan una relación temática evidente. En ocasiones se superponen representaciones de animales, humanas y signos sin un aparente sentido, con múltiples líneas que se cortan y entrelazan ignorándose unas figuras a otras. La existencia de múltiples trazos que dificultan la lectura de las figuras se denominan «trazos parásitos».
Cuando las figuras tienen cierta relación entre sí y conforman una escena, aparece cierto contenido narrativo con representaciones de caza, acoplamiento sexual, escenas de cortejo, etc…
5. El despertar del arte
Hasta el momento, las primeras manifestaciones artísticas conocidas se han hallado en África y vinculadas a una nueva especie, el Homo Sapiens. En Sudáfrica, en la cueva de Blombos Cave, se han encontrado fragmentos de ocre grabados con diseños geométricos y adornos personales formados por moluscos perforados intencionadamente, que datan de 80.000 BP.
La presencia del Homo Sapiens en Próximo Oriente está documentada desde 100.000 BP, en cuevas como Skhul o Qafzeh, al norte de Israel. Hacia el 50.000 BP, desde Próximo Oriente, el Homo Sapiens comienza a colonizar Europa, avanzando de oriente a occidente. Es en Europa, donde aparecerá el primer arte en las llamadas culturas transicionales: Chatelperronense, Ulluziense, Bachokiriense, etc.
Hacia el año 40.000 BP, los hombres y mujeres anatómicamente modernos que han ocupado Europa, son portadores de una cultura arqueológica definida como Auriñaciense. En centroeuropa, hacia el 35.000 BP, aparece un conjunto de esculturas animales y humanas realizadas con una técnica compleja y un diseño artístico de gran belleza. Se trata, por tanto, de las primeras obras de arte que merezcan tal calificativo en Europa.
6. Algunos periodos y conjuntos excepdionales
Desde el año 35.000 BP hasta el año 10.000 BP, se desarrolla el periodo artístico más largo conocido por la humanidad. A lo largo de esos 25.000 años, el arte mueble experimentó un proceso evolutivo que se ha estructurado en distintos periodos: Auriñaciense, Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense.
6.1 El Auriñaciense (40.000 – 28.000 BP)
Las obras más antiguas conocidas proceden de yacimientos alemanes, mientras que en Francia y la Península Ibérica, el arte mobiliar durante el Auriñaciense es muy escaso y nada elocuente.
a) Grupo cántabro-aquitano: Las primeras manifestaciones artísticas mobiliares de este grupo se restringe a algún grabado esquemático de animal o de órganos sexuales femeninos -vulvas-. Las representaciones de animales son de difícil clasificación taxonómica debido a la imprecisión de sus anatomías, con un carácter demasiado escueto y simplista.
La industria ósea del Auriñaciense se caracteriza por adornos / colgantes y fragmentos con líneas sueltas. En cuanto a representaciones figurativas, en la Península Ibérica destaca el hueso grabado de Hornos de la Peña (Cantabria) con los cuartos traseros de un caballo.
De la industria lítica, parece existir un estilo común en enclaves próximos a Dordoña, como el conjunto de La Ferrasie donde se han encontrado 20 bloques con grabados de diseños vulvares, el abrigo de Blanchard donde se ha hallado un bloque con una imagen circular y otra púbica contorneadas mediante la técnica del piqueteado, el abrigo de Cellier donde se ha documentado bloques de vulvas en bajorrelieve y un prótomo que evoca a un équido, y el Abrigo del Reno de Belcayre donde hay un bloque con un cuadrúpuedo, asimilable a un cáprido.
b) Grupo mediterráneo: En la cuenca mediterránea, los primeros asentamientos de grupos anatómicamente modernos se circunscriben a latitudes por encima del Ebro, quedando las zonas más meridionales a asentamientos neandertales y sus industrias musterienses. Así pues, las manifestaciones artísticas de estas etapas se ciñen a elementos ornamentales y algún que otro hueso con incisiones simples como la colección de conchas marinas taladradas y un colmillo de lince a modo de colgante de Cova Beneito.
c) Grupo renano-danubiano: Las primeras manifestaciones artísticas conocidas pertenecen al grupo renano-danubiano con obras maestras, evolucionadas, plenas y en material noble. Corresponden con esculturas de bulto redondo en marfil de tres yacimientos muy próximos del suroeste de Alemania, donde los objetos descubiertos habrían sido depositados de manera intencionada. Son los yacimientos de Hohlenstein-Stadel, Vogelherd y Geissenklösterle.
– Hohlenstein-Stadel: En un emplazamiento cárstico, fue excavado en la década de los treinta del siglo XX, por lo que se carece de la rica información que trabajos con técnicas modernas permiten obtener. Sin embargo, a partir de los distintos trabajos de excavaciones se ha podido reconstruir la dispersión espacial del registro arqueológico. La caverna se compartimentó en distintas zonas: una zona de actividad cotidiana cerca de la entrada, una zona de taller en los aledaños de la anterior y una zona de almacén de materia prima y objetos elaborados en el fondo de la cueva.
Entre los objetos más elaborados destaca la escultura hombre-león. Se trata de una figura de bulto redondo de unos 30 cm. de altura confeccionada de marfil y representando a un personaje masculino de pie y los brazos paralelos al cuerpo, pero su cabeza, tras un paciente proceso de restauración ha desvelado los rasgos propios de una leona.
– Vogelherd: A tan sólo 3 km del yacimiento Hohlenstein-Stadel, la cueva de Vogelherd ha proporcionado elementos mobiliares de una excepcional factura. De ella se extrajeron más de una decena de esculturillas de marfil figurando a carnívoros (felinos), mamuts, bisontes, un caballo y quizás un oso, un rinoceronte y lo que podría ser una aproximación a la silueta humana. Los modelos animales están perfectamente proporcionados (a excepción del caballo), y repletos de detalles corporales que llaman la atención por su minuciosidad, a pesar de que las extremidades quedan tan sólo atisbadas en el arranque. La mayoría muestran signos distintos salpicados por el cuerpo, en series de puntos, aspas y alguna que otra curva.
– Geissenklösterle: Algo más alejado (a 40 kilómetros) aparece este yacimiento de donde se han recogido otros ejemplares muy similares a los anteriores, junto con un bloque pintado en rojo y negro; en concreto, una escultura de mamut muy completa, otra de oso más fragmentada, un bisonte y una pequeña porción cuadrangular de marfil la figura en bajorrelieve de un hombre con las piernas abiertas y brazos levantados.
6.2 El Gravetiense (28.000 – 21.000 BP)
El Gravetiense es una de las grandes culturas paneuropeas de los cazadores-recolectores. Se caracteriza por la presencia de las pequeñas esculturas femeninas conocidas como «venus», repartiéndose desde Europa hasta Francia, ausentes hasta la fecha en la Península Ibérica. Se desarrolla un arte mobiliar figurativo naturalista y determinadas prácticas de índole simbólico muy complejas.
a) Grupo cántabro-aquitano: Al igual como sucedió con el Auriñaciense, el arte mobiliar Gravetiense de esta región no es excesivamente rico en comparación con el grupo renano-danubiano. Al margen de las «venus esteatopigias», existen algunos objetos ornamentales decorados en ocasiones con simples grupos de líneas, y algunas figuras de representaciones de animales como caballos, mamuts, bisontes, cabras y ciervos.
Lo más destacado de este periodo son las figurillas femeninas de bulto redondo, las denominadas «venus». Las características comunes de estas esculturas es la representación de mujeres desnudas sin rostros, hipertrofia de vientre, senos y glúteos, y creadas bajo pautas losángicas e isométricas comunes. Son de formato pequeño, con un promedio de unos 10 cm.
Los ejemplares localizados en la zona franco-cantábrica topan con los Pirineos sin sobrepasar la cordillera, de tal manera que aún no ha surgido ninguna estatuilla de mujer en la Península Ibérica. Se han encontrado venus de marfil (Lespugue y Brassempouy) y de distintos minerales como limonita (venus de Monpazier).
El conjunto hallado en Laussel destaca por la espectacularidad de sus obras. En el abrigo de Laussel, en un espacio de 12 x 6 m se dispusieron una serie de personajes humanos y animales esculpidos y grabados, en cuyo centro se situaba la denominada «Venus del cuerno» o «Venus de Laussel«. Esta figura es un bajorrelieve de 42 cm de altura, sobre un bloque de unos 4 metros cúbicos. Fue tallada con sumo detalle a excepción de la cabeza y los pies (acorde con la tendencia representativa de esta clase de imágenes). La mano izquierda se apoya sobre el vientre y la derecha levanta hasta la altura del cuello un cuerno, que tal vez sea de bisonte. En origen, la figura estaría toda pintada de rojo.
En Laussel fueron exhumados más bloques en esa misma área formando un conjunto escultórico de una calidad artística inusual en una organización espacial compleja que acota un entorno reservado, conjugando personas en diversas poses y animales.
b) Grupo mediterráneo: En este periodo, en el grupo mediterráneo destacan las plaquetas, unas siete en Parpalló y una en la cercana cueva de «Les Mallaetes». Esas obras nos expresan un arte desarrollado, repleto de fórmulas iconográficas y conceptuales específicas.
A nivel estilístico, el artista presta mayor atención a la mitad superior del cuerpo de los animales y bosqueja la mitad inferior, así las extremidades están sin finalizar y apenas insinuadas desde su arranque. La parte dorsal de los cuadrúpedos suelen marcar un trazado en «S» no muy curvada. Las cabezas son pequeñas en relación al resto de la anatomía, y existen cuellos demasiado robustos, desproporción ésta que caracteriza los inicios del ciclo artístico de la región. Además, presentan dos convenciones figurativas muy habituales: por un lado, la perspectiva torcida para las cornamentas y el estereotipo de patas en arco, es decir, el dibujo frontal de un par de extremidades (dos líneas dobles confluyendo en un momento dado los trazos interiores de amas), que pueden ser realistas cuando quiebran las líneas para subrayar las articulaciones o muy escuetas con tan sólo dos trazos paralelos verticales unidos por arriba a otro.
c) Grupo renano-danubiano: La mayor parte de los yacimientos de este periodo y de este grupo resultan ser grandes campamentos al aire libre de cabañas, como los yacimientos de Dolní-Vêstonice, Predmosti o Pavlov. En éstos, se va a desarrollar un arte con características muy singulares, sobre todo respecto a su materia, puesto que aparecen las primeras manufacturas de cerámica. Se modelaron figurillas con una masa de arcilla loéssica local y agua, y después se cocían a temperaturas entre 500-800 grados en hornos simples o arrojadas al fuego directamente, lo que provocaba un fuerte estallido y una fracturación intencionada de las piezas.
Los yacimientos de Dolní-Vêstonice y Pavlov, al encontrarse en la zona de loess, ha permitido una excelente conservación del registro arqueológico, incluyendo sepulturas que proporcionan información sobre el mundo metafísico, ideológico y artístico de esas sociedades.
Entre estos enterramientos, destaca la triple sepultura que se halló en Dolní-Vêstonice. Se trata de un enterramiento de tres jóvenes, una mujer y dos hombres, de edades comprendidas entre 17 y 23 años. La chica muestre importantes deformaciones patológicas en su cara y fue depositada boca arriba en el centro junto a un feto entre sus piernas. A su derecha, un joven con un brazo sobre la muchacha, mientras que a su izquierda, el otro hombre se encuentra boca abajo, con un brazo en igual actitud de «protección». Ambos presentan claras señales de muerte violenta. Los tres cadáveres estarían vestidos y adornados con diademas realizadas con cuentas de marfil y colmillos de carnívoros.
De la región renano-danubiana, en cuanto a las «venus», destacan la Venus de Willendorf y de Dolní-Vêstovice (en cerámica).
6.3 El Solutrense (21.000 – 17.000 BP)
Hacia el año 21.000 BP se produjo un máximo glaciar que acumuló enormes masas de hielo en Centroeuropa, creando una barrera infranqueable, el sistema alpino, hasta la costa mediterránea. Los grupos orientales mantuvieron el modelo gravetiense durante milenios, pero occidente, aislado, desarrolló una nueva cultura: el Solutrense.
a) Grupo cántabro-aquitano: El arte mobilar en este periodo es relativamente escaso, aunque se aprecia un progresivo aumento en el número de plaquetas y cantos decorados, a base de diseños faunísticos poco naturalistas, junto con industria ósea y adornos con elementos simples lineales. También es el inicio del trabajo de huesos recortados, una técnica que adquirirá una amplia repercusión en etapas posteriores. Esto se puede apreciar en la escultura de un ave sobre un colmillo de oso en la Cueva de El Buxu, en el Cantábrico. Esta escultura está considerada como la escultura más antigua conocida hasta la fecha en la Península Ibérica.
En los yacimientos de Roc-de-Sers y Le Fourneau-du-Diable se han encontrado bloques con bajorrelieves esculpidos. En Roc-de-Sers se han encontrado un total de once bloques de considerables tamaños con representaciones de caballos, bisontes, una probable escena de un buey atacando a un personaje, renos, y un excelente grupo de dos cápridos afrontados. Estas representaciones son naturalistas aunque ciertas desproporciones anatómicas le otorgan un aire arcaico, en especial entre las pequeñas cabezas en relación a los macizos cuerpos.
De los hallazgos de Le Fourneau-du-Diable destaca un bloque de medio metro cúbico con los relieves de cuatro uros.
b) Grupo mediterráneo: En el arte mueble solutrense del grupo mediterráneo representan la máxima explosión y originalidad plástica de la región. La evolución experimentada en este periodo se puede seguir a través del estudio de las plaquetas de Parpalló. En estas plaquetas, los prótomos de ciervas se realiza mediante el sistema de triple trazo o trilineal, es decir, a través de tres líneas se determinan las dos orejas, la zona fronto-nasal y parte superior del cuello.
Se aprecia un intento de búsqueda del movimiento a través de la animación segmentaria y asociaciones faunísticas en escenas (dos cérvidos de distinto sexo en actitud de preacoplamiento).
Durante este periodo, el soporte mobiliar adquiere connotaciones parietales al aumentar las dimensiones de las plaquetas, que llegan a ser verdaderos bloques con magnitudes próximas al medio metro, y la composición de los cuadrúpedos en esas extensas superficies. Sin embargo, al final del periodo se distingue cierta disminución en las dimensiones de las plaquetas, una reducción de los factores pictográficos (animación y escenas), y el decaimiento del grabado de trazo estriado con numerosas variantes.
6.4 El Magdaleniense (17.000 – 11.000 BP)
Durante el Magdaleniense, el clima se suaviza y desaparece la gran barrera de hielo que dividió la Europa solutrense. El Magdaleniense será la última gran cultura de las sociedades cazadoras-recolectoras europeas desde Portugal hasta Polonia. En ese momento se conocerá un desarrollo de las artes paleolíticas como nunca había existido. El arte mueble experimenta un incremento en cantidad y calidad sin parangón, quizá como resultado de sociedades más complejas, desiguales y competitivas. El Magdaleniense finalizará hacia el 11.000 BP cuando también termina un estilo de vida, el de los cazadores-recolectores.
. 6.4.1 El Magdaleniense inferior (17.000 – 14.000 BP)
Esta fase magdaleniense, a pesar de la uniformidad general, presenta numerosas variantes locales. Tal vez, esto se produce por un modelo de territorialidad en los grupos cazadores que les identifica con un área geográfica. Esta identificación tiene una inmediata repercusión en la expresión artística, tanto rupestre como mobiliar.
a) Grupo cántabro-aquitano: A principios del Magdaleniense no se observa una ruptura drástica con respecto a los cánones figurativos de las etapas precedentes, ni un incremento desmesurado en la producción de objetos decorados. En la zona cantábrica se desarrolla la representación animalística, por lo general ciervas, utilizando la técnica de grabado estriado, trazo múltiple que se aplica en ciertas partes anatómicas del animal para conferirle cierto volumen. Los soportes más usuales para este sistema son los huesos planos como escápulas y costillas. Estas representaciones aparecen en los niveles arqueológicos de Altamira, Castillo, Mirón, El Cierro, Juyo, Rascaño, etc. En las paredes de estas cuevas y de otras, también aparecen grabadas ciervas, lo que originó, a principios del siglo XX, un debate sobre la relación entre arte rupestre y arte mobiliar paleolíticos.
b) Grupo mediterráneo: En el ámbito mediterráneo, la cueva de Parpalló es sin duda la más representativa. El Magdaleniense Inferior supone un estado de transición entre los factores que caracterizan el horizonte Solutrense precedente y los posteriores magdalenienses, un empobrecimiento desde la óptica cuantitativa (323 plaquetas) e incluso técnica. Las plaquetas grabadas muestran signos geométricos más complejos y siguen representándose animales como bóvidos, caballos y, sobre todo, ciervas. Los rasgos expresan cierta tosquedad, recuperando convenciones arcaicas como el regreso de los cuartos traseros masivos, desequilibrios entre magnitudes de cabezas y cuerpos, morros prolongados y estrechos…
La pintura en las plaquetas de Parpalló desaparece totalmente, al igual que la convención de triple trazo, usadas hasta ese momento en la confección de las cabezas de ciervas, surgiendo una nueva convención típica del Magdaleniense como son las orejas en V, tanto simples o lineales como con tratamiento más naturalista.
c) Grupo renano-danubiano: En Europa Central, debido a la sucesión de alteraciones medioambientales rápidas e importantes, muchas zonas se despueblan tras la invasión del frío y del hielo, desplazándose los contingentes humanos a otras más meridionales. No existe en este sector de Europa un poblamiento generalizado hasta que finalmente, en el año 16.000 BP se empieza a producir una recolonización. El arte pasa de ser naturalista de los periodos anteriores , a un arte más abstracto a base de modelos geométricos.
. 6.4.2 El Magdaleniense medio (14.000 – 13.000 BP)
Hacia el 14.000 BP parece que se produce un cambio en el modelo de territorialidad magdaleniense. Se reanudan los desplazamientos e intercambios a larga distancia, lo que tiene una inmediata repercusión en el arte rupestre y mobiliar.
a) Grupo cántabro-aquitano: Los objetos y temas decorativos franco-pirenaicos aparecen con fuerza en todo el cantábrico, sobre todo en la zona más occidental (cuevas de la Viña, Caldas, Llonín). Si antes las ciervas ocupaban un lugar privilegiado, ahora se representarán bisontes como en los yacimientos pirenaicos. También aparecen piezas idénticas en su diseño en todo el ámbito franco-cantábrico, como son los contornos recortados o los rodetes, desde la Viña hasta Isturitz o Labastide. El arte mobiliar experimenta una eclosión sin precedentes. El numero y variedad de las obras se multiplica y las técnicas de elaboración y el diseño alcanza un nivel extraordinario.
De la industria ósea destaca la extremada y sutil capacidad artística de los autores magdaleniense en los bastones perforados y los propulsores. La colección de propulsores mejor acabados y complejos proceden de los yacimientos pirenaicos, como los ejemplares de Mas-d’Azil y Bédeilhac que expresan el mismo tema con atributos formales casi exactos que obligan a plantearse la autoría de una única mano. Adaptándose al soporte natural (asta de cérvido), se representa a una cierva pariendo, justo en el momento que comienza a surgir las extremidades del cervato. La hembra vuelve la cabeza hacia su parte posterior contemplando la escena.
El propulsor de Bruniquel posee una perforación en la extremidad proximal y una espléndida escultura de caballo saltando en la distal. Las patas delanteras replegadas de este propulsor servirían de gancho al instrumento. El propulsor de Enlène aparece representado en bulto redondo, dos machos cabríos acéfalos en una expresiva acción de enfrentamiento.
En cuanto a los contornos recortados, su repartición geográfica abarca desde Asturias (La Viña y Las Caldas) y el Périgord (Laugerie-Basse), pero las máximas concentraciones se detectan en el sector pirenaico como Isturitz, Mas-d’Azil, Enlène, Lortet, Labastide, etc. La gran mayoría obedecen a prótomos de caballos, aunque la colección de Labastide es algo distinta, pues de los 19 contornos recortados hallados juntos, 18 son cápridos y el restante un bisonte. La morfología de todas las piezas de Labastide es muy homogénea, siendo obra de una misma mano.
b) Grupo mediterráneo: Las plaquetas de la Cueva de Parpalló presentan en este periodo, algunos rasgos similares a los solutrenses en la construcción de ciertos cuadrúpedos (morros y patas abiertas), pero también presentan elementos propios que caracterizarán los momentos tardíos del arte pleistoceno de Europa (mayor atención a la proporción de las anatomías, más realistas y con múltiples detalles).
En las piezas domina el trazo simple y entra en escena un trazado muy especial: el trazo en alambre de espinos. Entre los animales, existe una pérdida de frecuencia de las ciervas y un aumento de uros y caballos; los ideomorfos explayan formas lineales complejas, con diseños ondulados muy variados, escaliformes quebrados y en meandros, zigzags y bandas quebradas de rayado múltiple, arboriformes, retículas enmarcadas y creando bandas o romboidales.
. 6.4.3 El Magdaleniense superior (13.000 – 11.000 BP)
La eclosión del periodo anterior cristaliza en el Magdaleniense Superior o Final con un mayor número de yacimientos y una gran extensión territorial. La generalización de utensilios en hueso, como arpones, propulsores, bastones perforados, etc. con numerosas y elaboradas decoraciones dará como resultado un inventario de piezas artísticas enormemente amplio.
Sin embargo, todo este arte europeo desaparece al final del Magdaleniense. Las diferentes culturas epipaleolíticas que le siguen, muy regionalizadas, abandonan el arte o desarrollan un tipo de manifestaciones que no son comparables con el periodo anterior.
a) Grupo cántabro-aquitano: En este ámbito existen conjuntos de singular importancia como los yacimientos de Tito Bustillo (Asturias), Pendo (Cantabria), Ekain (Guipúzcoa), Abauntz (Navarra), Enlène, La Vache y Mas-d’Azil (Francia)…
De todos estos yacimientos, destaca Tuc d’Audoubert, donde se han encontrado dos bisontes de arcilla. Modeladas en barro de la propia cueva, con un acabado perfecto y detalles sorprendente, se apoyan sobre un bloque cárstico. Un bisonte (quizás macho) de 63 cm. de longitud y a su lado otro bisonte (en este caso tal vez hembra) de algo más de 60 cm.; sobre el piso hay un bisonte mucho más pequeño (12 cm.) y hasta otro grabado en el suelo (50 cm.) Completan el conjunto algunos rollos cilíndricos de arcilla, restos de las porciones del modelado con improntas de dedos, y a unos 25 cm. de la ubicación de las bisontes, la cantera de donde se extrajeron los barros, con numerosas huellas de pisadas alrededor y una estalagmita que sirvió de pala en la tarea de abastecer de materia prima.
El repertorio de temas desarrollado durante el final del Magdaleniense es muy diversificado. La fauna mayoritaria reitera los caballos, renos, ciervos, cápridos, uros, bisontes, carnívoros, etc., y se incorporan al elenco o incrementan su presencia las aves, peces y mamíferos marinos (focas y cachalotes). Los signos también explayan una cantidad de variantes.
Los bastones perforados son muy abundantes, encontrándose por todo el territorio cántabro-aquitano. En la Península Ibérica destacan los bastones perforados del Castillo y de Cualventi, donde figuran ciervos machos en idéntica adecuación del animal al soporte (asta de ciervo curvada) y análoga ejecución.
Uno de los temas propios de los episodios tardíos del Magdaleniense es la plasmación convencional en perspectiva frontal muy esquematizante de cabezas de cabras y, en menor medida, ciervos. Esta representación aparece en objetos transportables de yacimientos como El Pendo, La Paloma, Cueto de la Mina, Abauntz… En el yacimiento de Abauntz (Navarra) el motivo es esquematizado hasta converger en simples series de signos en V.
b) Grupo mediterráneo: En los estratos del Magdaleniense Superior, en la Cueva de Parpalló, se han otorgado más de 440 plaquetas más útiles óseos grabados. En todos ellos continúa el proceso iconográfico iniciado en el Magdaleniense Medio: una relativa ausencia de interés por los detalles anatómicos de la fauna y el realismo, al contrario de lo que acontece en el resto de Europa en este periodo.
Las actitudes de animación y escenas quedan reducidas a casos testimoniales. El sistema en alambre de espinos para las siluetas de algunos animales prosigue en este periodo.
c) Grupo renano-danubiano: En centroeuropa, en el Magdaleniense Superior destaca el yacimiento al aire libre de Gönnersdorf (Alemania), con decenas de plaquetas grabadas con un motivo repetitivo: la esquematización del cuerpo femenino. La figuración de siluetas femeninas va a representarse muy estilizadas y sintéticas, donde en el mejor de los casos sobresalen del contorno las protuberancias de los senos y glúteos. En Gönnersdorf, el suelo del espacio interior de las viviendas fue enlosado literalmente con centenares de plaquetas-placas de pizarra y caliza de origen local, sobre las que se grabaron diversas representaciones. Los perfiles femeninos de Gönnersdorf presentan una alta variedad formal. Suelen estar asociadas compartiendo el espacio en parejas o en hileras de varios personajes, como indicando una escena de danza.
7. El significado del arte mobiliar
El arte mueble se produce durante un dilatado espacio de tiempo, abarcando manifestaciones y tipos de objetos muy diferentes. Mientras el arte rupestre parece más vinculado a lo religioso, el arte mueble parece más cotidiano.
La distribución geográfica de los objetos de arte transportable del Paleolítico Superior abarca prácticamente toda Europa. La cuenca del Danubio, de desarrollo Este-Oeste, actuó como un importante corredor que vertebró toda Europa centro-oriental. El desarrollo de las sociedades paleolíticas fue formando sociedades más diversas internamente y más competitivas. El arte mueble es el exponente de esas desigualdades del estatus de los individuos en la escala social del grupo. Por eso, el arte mueble aumenta paralelamente al desarrollo y la complejidad social de los grupos.
Los artefactos portátiles del Paleolítico Superior pueden apuntar a múltiples posibilidades interpretativas. Han existido numerosos estudios para intentar explicar las obras mobiliares pleistocenas, buscando explicaciones concretas a cada grupo o categoría de objetos.
Las piezas sobre las que más se ha estudiado su posible significado son las que forman el conjunto de esculturas femeninas, las denominadas «venus». Desde posibles retratos de personajes reales a sacerdotisas o diosas de la fecundidad, estas figuras han generado multitud de interpretaciones, transmitiendo la emoción estética del verdadero arte.
Buenas tardes,
Me gustaría recibir información actualizada sobre temas de arte que publiquen.
Enhorabuena por su labor.
Gracias
Cati Torres
Excelente trabajo